Osteocondrosis de la columna: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Osteocondrosis de la columna

La osteocondrosis de la columna es una destrucción degenerativa-distrófica causada por el adelgazamiento gradual del tejido cartilaginoso de los discos intervertebrales. Todas las personas son susceptibles a esta enfermedad porque la columna vertebral humana está expuesta a un estrés enorme debido a la postura erguida. Si tenemos en cuenta los factores nocivos, la osteocondrosis de la espalda se encuentra en casi todas las personas entre los 40 y 50 años. La patología no se puede curar por completo. Es imposible detener el proceso degenerativo relacionado con la edad, pero con el tratamiento adecuado se puede ralentizar. Debe aprender a tratar adecuadamente los síntomas de la osteocondrosis.





Características generales de la patología.

La enfermedad se desarrolla en tres partes de la cresta: la columna cervical, torácica y lumbar. La osteocondrosis cervical y lumbar se diagnostica con mayor frecuencia porque estas áreas tienen mayor movilidad. Cuanto más movimientos activos pueda realizar una persona en las articulaciones, más susceptibles serán los discos intervertebrales a sufrir lesiones y degeneración. La osteocondrosis de la región torácica ocurre con menos frecuencia, pero es más grave.

La patología es insidiosa porque contribuye a la aparición de otras enfermedades degenerativas en el cuerpo, incluidas las hernias intervertebrales. En las etapas iniciales, el paciente no siente dolor, pero ya se están produciendo cambios metabólicos persistentes en el metabolismo del calcio y fósforo, que alteran la estructura ósea de la columna. La circulación sanguínea en la zona afectada se deteriora, provocando una degeneración prematura.

El disco intervertebral contiene un anillo fibroso cubierto de microfisuras. En la superficie del daño se forma un núcleo pulposo, algunas partes del cual comienzan a filtrarse gradualmente. En el contexto de los procesos degenerativos, el anillo fibroso comienza a debilitarse y estirarse, lo que conduce a un aumento en el área de microdaño. Cuando el anillo fibroso se rompe, sale el núcleo pulposo. Así se produce una hernia intervertebral de la médula espinal.

Si se ralentiza el proceso de degeneración que conduce a la osteocondrosis, posteriormente aparecerán hernias y bultos. Cuanto antes se inicie el tratamiento, más fácil será combatir los signos de deterioro. Los síntomas de la osteocondrosis de la espalda dependen de la ubicación en la cresta alveolar y del efecto de las enfermedades concomitantes en el cuerpo.

Causa osteocondrosis de la columna.

En la mayoría de situaciones la enfermedad es hereditaria. En otros casos, la enfermedad ocurre en el contexto de condiciones desfavorables comunes que pueden provocar una exacerbación, que incluyen:

  1. Lesiones previas en la espalda, incluidos daños a huesos, articulaciones y tendones.
  2. Problemas musculoesqueléticos, incluyendo mala postura y pies planos.
  3. Historia de trastornos metabólicos, incluidas patologías endocrinas. Las personas con hipotiroidismo descompensado y diabetes corren el riesgo de desarrollar problemas óseos. Estos problemas afectan negativamente la absorción de calcio.
  4. tener exceso de peso. La obesidad y un índice de masa corporal elevado provocan un desgaste prematuro de las articulaciones. El peso pesado ejerce presión sobre el sistema musculoesquelético, lo que afecta negativamente a la salud de la columna.
  5. Mala alimentación. Una dieta diaria desprovista de nutrientes y microelementos conduce a hipovitaminosis, lo que provoca un sufrimiento sistémico del cuerpo humano, que puede afectar negativamente el estado de la columna.
  6. Inactividad física. Se ha demostrado que un estilo de vida sedentario provoca huesos frágiles. La actividad física moderada es beneficiosa.
  7. Levantar pesas. Al igual que la actividad muscular insuficiente, el esfuerzo excesivo está plagado de microtraumatismos y daños que provocan trastornos musculoesqueléticos.
  8. Infecciones virales o bacterianas previas. Ejemplos: osteomielitis, poliomielitis.
  9. Tener malos hábitos. El abuso de alcohol y nicotina provoca un deterioro de la circulación sanguínea, lo que afecta negativamente el estado del sistema esquelético.

Factores que afectan la aparición de la enfermedad:

  1. Defectos congénitos de la columna.
  2. Mala postura.
  3. tener pies planos.
  4. Períodos prolongados de estar sentado o de pie.
  5. Pertenencia al género femenino. Las mujeres sufren una mayor pérdida ósea durante el embarazo y la menopausia. Con una falta prolongada de calcio y otros minerales, se produce un proceso degenerativo en la columna, que contribuye a la aparición de osteocondrosis.
  6. Hipogonadismo. Con una deficiencia de hormonas esteroides en ambos sexos, el calcio prácticamente no se fija en el tejido óseo. Como resultado, el paciente sufre de osteocondrosis relacionada con la edad. Estas enfermedades ocurren muy raramente a una edad temprana. En este caso estamos hablando de mutaciones.

Teniendo en cuenta los factores de riesgo anteriores, se debe intentar mantener un estilo de vida suave.

Etapas del desarrollo de la enfermedad.

La enfermedad tiene 4 etapas, incluida la siguiente imagen:

  1. La etapa inicial es la etapa de procesos metabólicos degenerativos. El paciente no presenta síntomas porque el tejido del cartílago aún no se ha degradado activamente. Comienza la deformación del disco intervertebral. Como todavía no hay protuberancia, el paciente no siente ningún dolor en la espalda. Por lo general, en las etapas iniciales de la osteocondrosis, la enfermedad rara vez se descubre y, más a menudo, de forma accidental. No todos los especialistas pueden reconocer los primeros signos de degeneración. En casos raros, el paciente puede experimentar molestias mínimas relacionadas con la sobrecarga. Al estar de pie o sentado durante mucho tiempo, la espalda del paciente comienza a doler. Además, este dolor se asocia con sobreesfuerzo y debilidad de la estructura muscular.
  2. En la segunda etapa comienza la destrucción activa del anillo fibroso, lo que conduce a una disminución de la altura del disco intervertebral. En esta etapa, el paciente atento ya recurre a un especialista porque siente síntomas más evidentes. La cabeza puede doler con frecuencia y puede haber aumentos repentinos de presión inexplicables. A menudo duele la zona lumbar, el cuello o los omóplatos. El paciente ya no puede tolerar esfuerzos prolongados y se cansa rápidamente. En esta etapa, la osteocondrosis se detecta mediante radiografía.
  3. En la tercera etapa, la enfermedad hace que el anillo fibroso se abulte. Cuando se diagnostica, al paciente se le diagnostica un bulto o una pequeña hernia intervertebral, lo que provoca graves problemas en la vida cotidiana. El cartílago ya está debilitado y el paciente se siente muy incómodo. La tercera etapa es una fase de transición en términos de tratamiento. En esta etapa, todavía es posible un tratamiento conservador para mejorar el bienestar del paciente y ralentizar el desarrollo de la hernia.
  4. Etapa 4 – Terminal. Las vértebras pierden elasticidad y movilidad. El paciente sufre dolor no solo durante el día al moverse, sino también por la noche. Se altera el sueño y se producen síntomas neurológicos porque los síntomas son crónicos. El síndrome de fatiga crónica está empeorando. En esta etapa ya se diagnostican hernias importantes, lo que interfiere con la vida normal del paciente. En este caso, está indicada la intervención quirúrgica para extirpar los osteofitos. El tratamiento conservador no proporciona alivio en casos avanzados.

Cuanto antes se detecte la osteocondrosis, más fácil será combatirla. En las etapas 1-2, todavía es posible revertir el desarrollo de la patología si se siguen incondicionalmente las prescripciones del médico.

Tipos de osteocondrosis espinal

La columna consta de 3 secciones que incluyen la zona lumbar, la región torácica y el cuello. Dependiendo de la situación individual, las lesiones degenerativas en una de las secciones son más comunes. Con menos frecuencia, la patología afecta a varios segmentos de la cresta. Las regiones del cuello y la lumbar son las más comúnmente afectadas porque se puede observar una mayor movilidad en estas áreas. Si se afecta la columna torácica, la patología es más grave en esta zona debido a las características anatómicas de la espalda.

La osteocondrosis de la columna lumbar es la más común. La prevalencia de la patología se asocia con un aumento de cargas en la parte inferior del cuerpo. Además, esta parte de la espalda es más susceptible a la formación de hernias y protuberancias. Cuando surgen complicaciones en un paciente con tales antecedentes, se producen problemas con la movilidad, las deposiciones y la micción. Los casos avanzados requieren una corrección seria y una intervención quirúrgica.

Con la osteocondrosis de la columna cervical, se produce un dolor intenso y una sensación punzante en la cabeza. Muy a menudo, la enfermedad ocurre en el contexto de un trabajo sedentario prolongado y una mayor actividad física. Los pacientes con esta enfermedad también requieren un enfoque terapéutico integrado. El daño a la columna cervical también se debe al aumento de la movilidad de los hombros y la cabeza.

La osteocondrosis torácica ocurre con menos frecuencia, ya que esta área es la menos susceptible a tal proceso patológico debido a los músculos bien desarrollados y la movilidad limitada. Este tipo de osteocondrosis es difícil de diagnosticar, ya que los síntomas de la patología se parecen a las enfermedades del corazón, los pulmones o el estómago. Con la osteocondrosis torácica, se observa con mayor frecuencia dolor que se irradia a las costillas y al corazón, por lo que la enfermedad se confunde con la cardiopatía isquémica y los signos de un ataque cardíaco. Un criterio de diagnóstico importante es que si, ante las quejas de dolor en el pecho, no se detectan problemas cardíacos, se debe consultar a un neurólogo o traumatólogo.

Cuanto mayor sea el paciente, mayor será el riesgo de que la degeneración de la articulación espinal afecte varias partes de la columna.

Síntomas de la osteocondrosis espinal.

Los síntomas se pueden dividir en síntomas generales y específicos. La segunda opción, según la localización, es típica de la osteocondrosis de cualquier tipo. Los signos más comunes de enfermedad degenerativa de la espalda incluyen:

  1. Dolor, malestar y malestar. Dada la extensión y localización del proceso patológico, el paciente experimenta diversos grados de dolor. En las primeras etapas, los síntomas son menores y apremiantes. Los síntomas desaparecen temporalmente por la noche. A medida que avanza la degeneración de la columna, el dolor empeora y es más frecuente. En el peor de los casos, el dolor no cesa e impide dormir por la noche.
  2. Debilidad, cansancio constante. Los problemas de columna suelen ir acompañados de alteraciones de la conducción nerviosa y mala circulación sanguínea. Cuando un paciente desarrolla activamente osteocondrosis, con el tiempo se desarrolla el síndrome de fatiga crónica. El paciente se vuelve cada vez más incapaz de realizar tareas laborales y la persona no duerme adecuadamente. Cuanto más avanzada está la patología, peor se siente el paciente.
  3. Disminución de la movilidad en una determinada parte de la columna. Durante la fase de exacerbación no sólo se produce un dolor persistente, sino que también se limita significativamente la movilidad de la zona afectada de la espalda. Este fenómeno está asociado no sólo con el proceso inflamatorio, sino también con la espasticidad muscular.
  4. Espasmo muscular en la parte afectada de la columna. La osteocondrosis no es sólo el resultado de procesos degenerativos naturales del cuerpo. La inactividad física suele desencadenar la enfermedad. Sin actividad motora, los músculos se atrofian y la columna no puede aliviarse adecuadamente. Esto conduce a tensiones constantes que están plagadas de un grave deterioro. El paciente experimenta varios calambres que deben aliviarse con medicación.
  5. Síndrome radicular. Este fenómeno es típico de todas las formas de osteocondrosis sin excepción. Cuando la patología se complica por la aparición de hernias, se produce un aumento de la presión del núcleo pulposo que sobresale sobre los segmentos nerviosos. Como resultado, se producen efectos secundarios: movilidad limitada, dolor, lumbago, parestesia y, en situaciones graves, pérdida de sensibilidad en los dedos y las extremidades inferiores.
  6. Otras manifestaciones vegetativas. Estos incluyen síntomas como distonía vegetativo-vascular, trastornos neurológicos, problemas cardíacos, pulmonares y estomacales.

Los síntomas característicos de la osteocondrosis cervical incluyen:

  1. Dolor de cabeza. Ocurre repentinamente y el ataque en sí a menudo se convierte en migraña, acompañada de mareos, náuseas, pérdida del conocimiento y aumentos repentinos de presión. La enfermedad suele ir acompañada de un trastorno circulatorio persistente en la zona afectada y de pinzamiento de las raíces nerviosas.
  2. Dolor en el cuello, trapecio o parte superior de la espalda. Este síntoma se acompaña de un aumento de la espasticidad muscular. La columna no puede soportar la carga, por lo que estos músculos están sobrecargados. Esta condición también es más común entre los trabajadores de oficina. La naturaleza del dolor es insoportable, limitante y dolorosa.
  3. Mayor presión. Cuando una hernia intervertebral comprime el lecho vascular, el paciente experimenta un ataque de hipertensión que no está asociado con problemas del sistema cardiovascular.
  4. La aparición de una sensación de opresión en el cuello y la garganta. El fenómeno también se acompaña de espasticidad muscular, que provoca pellizcos de los vasos del cuello.
  5. Disparos en dedos, clavículas y brazos. Este es un síntoma puramente neurológico que se asocia con raíces nerviosas pellizcadas.
  6. La dificultad para respirar, el dolor de corazón y de garganta ocurren con menos frecuencia.

Los signos de osteocondrosis torácica se ven así:

  1. Opresión en el pecho.
  2. La aparición de ataques de neuralgia intercostal.
  3. Dolor en la zona del corazón no asociado a patología cardíaca.
  4. Quejas de dificultad para respirar, dolor en lo profundo del pecho.
  5. La tos no está asociada con enfermedades respiratorias.
  6. Malestar en el estómago o el esófago.
  7. Dolor en la zona interescapular. Caracterizado por un curso crónico. Más a menudo ocurre en el contexto de una sobrecarga muscular estática.
  8. Entumecimiento en brazos, clavículas y dedos. Con menos frecuencia, en la zona lumbar.

Así se manifiestan los síntomas de la osteocondrosis lumbar:

  1. Dolor lumbar.
  2. Sensaciones de tirantez en la zona de los riñones o en la parte inferior del abdomen.
  3. La aparición de atrapamiento del nervio ciático.
  4. La aparición de un síntoma de tensión del músculo piriforme. Cuando este músculo sufre espasmos, comprime el nervio ciático, lo que produce síntomas específicos que incluyen ardor y escozor a lo largo de la pierna, comenzando en el área de las nalgas y terminando en la parte superior e inferior de la pierna. Este síntoma neurológico suele indicar problemas con la columna.
  5. Problemas con las deposiciones y la micción. Cuando una hernia o hernia comprime las partes inferiores de las terminaciones nerviosas, la fuerza contráctil de los músculos lisos de los intestinos y la vejiga disminuye significativamente con el tiempo. El resultado es atonía intestinal y retención urinaria. Estas condiciones son extremadamente peligrosas y requieren atención médica calificada.
  6. Con el tiempo, la marcha del paciente cambia y se produce cojera en una pierna. La afección también se asocia con pellizcos de las terminaciones nerviosas.

Si un paciente presenta varios síntomas que recuerdan a una osteocondrosis avanzada en una determinada parte de la columna, es necesario consultar a un médico lo antes posible. No existen criterios de diagnóstico específicos mediante los cuales usted mismo pueda reconocer la enfermedad. Se requiere un diagnóstico integral, después del cual se determina la causa exacta de la enfermedad.

Diagnóstico de osteocondrosis de espalda.

El diagnóstico primario se realiza mediante la anamnesis. Un neurólogo o traumatólogo pregunta sobre las quejas y examina la espalda del paciente. Si el paciente no está seguro de necesitar acudir específicamente a estos especialistas, primero debe consultar a un terapeuta. Un médico de cabecera examina al paciente, registra las quejas en una tarjeta y lo deriva a un especialista.

El principal problema en el diagnóstico de la osteocondrosis espinal es que la patología da muchos signos falsos de otras enfermedades. Por ello, es necesario visitar varias veces al especialista para asegurarse de que no existen patologías relacionadas con el sistema cardiovascular, respiratorio y digestivo.

Qué tipos de diagnósticos se suelen prescribir:

  1. Radiografía. Este tipo de examen es rápido y no requiere un gran desembolso económico. La imagen se puede obtener de forma gratuita si el paciente se somete al procedimiento en la clínica del lugar de registro. Una radiografía puede evaluar superficialmente el estado de la cresta alveolar. Si hay defectos graves o signos de una reducción en la distancia entre los espacios intervertebrales, se deriva al paciente a otros procedimientos para aclarar el diagnóstico.
  2. Resonancia magnética o tomografía computarizada. Este tipo de exámenes muestran claramente los tejidos blandos y, por lo tanto, son los principales métodos de diagnóstico para detectar diversos procesos degenerativos: desplazamientos, hernias de disco, protuberancias. Con la ayuda de tales diagnósticos, no solo se detecta osteocondrosis, sino también hernias, protuberancias y nervios pinzados.
  3. Pruebas de laboratorio. A veces es necesario someterse a una serie de análisis de sangre para encontrar enfermedades ocultas que afectan negativamente el curso de la enfermedad. Por lo general, las pruebas se realizan en combinación: OBC, OAM, azúcar, reguladores del metabolismo calcio-fósforo, pruebas reumatológicas.

A partir de los datos obtenidos, el médico realiza un diagnóstico final. Después de recibir la conclusión, debe seguir las recomendaciones del especialista para poder soportar el curso de la enfermedad de la columna con menos dolor. Hay patologías que no se pueden curar por completo. Estos incluyen la osteocondrosis.

Tratamiento de la osteocondrosis

Existen muchas opciones de tratamiento para esta afección de la columna. Se utilizan según la etapa de la complicación. Si la patología se encuentra en una etapa temprana, la medicación y el tratamiento conservador son los mejores remedios. Es raro en casos avanzados, pero puede ser necesaria la cirugía si la medicación no ayuda y el paciente pierde sensibilidad en las extremidades y queda discapacitado.

Qué se utiliza bajo dispositivos médicos:

  1. AINE o antiinflamatorios no esteroides. Estos medicamentos alivian rápidamente el dolor asociado con la inflamación o la irritación. El efecto terapéutico se logra rápidamente en un día. Por tanto, estos fármacos son la primera opción. Desventajas de los AINE: No puede inyectarlos durante más de dos días. En forma oral, algunos tipos de medicamentos se toman durante no más de tres semanas. Esta limitación de uso se explica por la alta gastrotoxicidad de los fármacos. A las personas que padecen úlceras de estómago o gastritis se les recetan además medicamentos para proteger la mucosa gástrica.
  2. Los corticosteroides son analgésicos hormonales. Con dolor intenso y procesos degenerativos, se administran medicamentos especiales por vía intraarticular para eliminar la inflamación local. Se recomienda utilizar componentes extendidos. El ingrediente activo dura hasta 3-4 semanas. Para algunos pacientes, una inyección es suficiente para olvidarse del dolor durante mucho tiempo.
  3. Los condroprotectores son medicamentos diseñados para fortalecer y nutrir el tejido del cartílago. En muchos pacientes que padecen osteocondrosis de la columna, el cartílago y el tejido óseo están débiles y, por lo tanto, es necesario fortalecerlos. Los condroprotectores no detienen el desarrollo de la enfermedad ni la acumulación de tejido cartilaginoso, pero ayudan a ralentizar los procesos degenerativos. Se toman durante un largo período de tiempo.
  4. Relajantes musculares. Medicamentos para relajar los músculos tensos. La duración de la terapia es de 2 a 4 semanas.
  5. Vitaminas B. Las sustancias neurotrópicas (B1, B6 y B12) ayudan con la ciática o el pinzamiento del nervio ciático. En dosis elevadas, estas sustancias tienen un efecto analgésico y nutren las fibras nerviosas dañadas.

Los métodos de tratamiento conservadores incluyen:

  1. Terapia manual. Este método permite relajar los músculos tensos gracias al trabajo de un especialista. Este tipo de tratamiento no debe utilizarse durante una exacerbación.
  2. Terapia de movimiento. Con la ayuda de la fisioterapia podrás fortalecer tus músculos. Se ha demostrado que el dolor de espalda suele ir acompañado de debilidad muscular porque la columna no puede soportar la carga, lo que provoca fatiga y malestar. Para que el paciente sienta alivio, es necesario realizar los ejercicios regularmente 2-3 veces por semana. La educación física mejora la postura y elimina el dolor.
  3. Masaje. Con la ayuda de un masajista es posible mejorar la circulación sanguínea en los músculos dañados, lo que tiene un efecto positivo en el bienestar. El aumento del flujo sanguíneo nutre y relaja los tejidos, lo que ayuda a combatir los calambres. El procedimiento está contraindicado en la fase aguda y se realiza únicamente durante la rehabilitación.
  4. Fisioterapia. El tratamiento conservador tiene como objetivo mejorar la circulación sanguínea en los tejidos dañados mediante un método de hardware. Mediante el uso de electricidad o radiación magnética se mejora la comunicación muscular, lo que ayuda a combatir los calambres y el dolor crónico. La fisioterapia permite el uso local de medicamentos sistémicos que penetran bien debajo de la piel.

Prevención de enfermedades

La osteocondrosis de la columna se puede prevenir si se sigue un estilo de vida saludable, que incluye evitar los malos hábitos, comer bien y combatir la inactividad física. También es necesario controlar su peso corporal. Los pacientes con sobrepeso no sólo sufren una mayor carga en la espalda, sino también en todo el cuerpo. Se recomienda utilizar calzado ortopédico y controlar la postura.